¿Somos conscientes de las posibles consecuencias de nuestros actos antes de realizarlos?

Contestaré a la pregunta utilizando un formato del Blog de Ricardo Galli:

Respuesta breve: NO.
Respuesta más larga y precisa: Si lo fueramos, deberiamos haber analizado tantas variables que no nos habría dado tiempo a realizarlos. Realmente somos incapaces de anticiparnos al futuro.
Respuesta aún más larga: Si, tal vez si fueramos dioses. Esta respuesta supone haber anteriormente analizado el concepto de Dios, la existencia humana, que es el tiempo (y que significa presente, pasado y futuro), y todas las que os apetezca añadir para poder responder adecuadamente.

¿Y a que viene tanta reflexión?:

Pues a que estoy escribiendo ésto desde la tercera planta del Gordon Hospital de Londres, Encerrado en una institución mental por haber depositado cinco objetos en el suelo de una plaza en la capital del reino unido. Me he pasado una semana en la carcel, y ahora van a tenerme un mes, hasta el día 2 de marzo, en un manicomio. Realmente en el mundo la inteligencia brilla por su ausencia, pero más sorprendente es la falta de sentido común y la poca defensa que hacen nuestros dirigentes (en todas partes cuecen habas) del dinero de los contribuyentes.

¿Y cómo he llegado hasta aquí?

Supongo que por ser incapaz de quedarme quieto mirando como cada vez hay más gente sufriendo en nuestro pais. Yo decidí intentar salir a buscar alguna posible inversión, de la gente que todavía puede realizarlas. Los que tienen claro que hasta que no hayan nuevas oportunidades de ganar dinero con el dinero, van a tener el suyo bien sujeto. Vine a londres a ver a un antiguo compañero, ofrecer algún proyecto ilusionante, y traerme algo de vuelta. Mucho o poco no era lo importante. Empezar el camino sí.

  Por eso cogí un vuelo a London el 14 de Enero, con regreso el día 6 de febrero a Barcelona. Mi economía no me permitió hacerlo por menos tiempo, ni poder pasar las noches en un hotel o hostel. Pero no pasa nada, si la decisión es firme y la salud lo permite. Pero ya podeís estar tranquilos, ahora estoy durmiendo bien calentito, a costa de los impuestos de los británicos.

¿Y eso que tiene que ver con la cárcel o el manicomio?

Para comenzar diré que siempre he dicho que "a lo hecho, pecho". Pero ésto me parece desmesurado. Durante mi estancia en Londres, y debido a que he tenido que dormir en la calle durante unos 13 días, por decisión propia, pero también provocado por la falta de medios económicos suficientes, al arrestarme no tenía un domicilio a donde dirigirme y me ingresaron en una prisión. No se cual fue la primera, pero la segunda ha sido la de HM Prison Wormwood Scrubs donde he estado compartiendo pabellón 5 días con un par de españoles,  uno Robert Bou Ferrer, que para alivio de sus familiares les diré que se encuentra bien de ánimo, y aprendiendo inglés a marchas forzadas. El otro era su compañero Carlos, de quien  no pude conocer más.

El martes día 4 de Febrero tuve otro intento de juicio, pero decidieron que me tendrían en un hospital mental, analizando mi comportamiento como una rata de laboratorio. Y ahí estoy, en el manicomio. Hasta que decidan que hacen, si me liberan, me deportan, me retienen por el tiempo que consideren oportuno en el hospital, o me devuelven a una prisión, a seguir viviendo a sus expensas.

¿Por dejar unos objetos en el suelo de una plaza de Londres he pasado por una cárcel y ahora el loquero? 

 Supongo que si los hubiera dejado así, no hubiera sucedido. Me habrían impuesto una sanción por tirar basura en un recinto semi-privado, y ya está.

Pero lo que yo dejé fueron un par de paraguas, uno reparado con una goma elástica y un cable de cobre (encima de las palabras "La Paz"), otro amarillo, completamente roto, dentro de su bolsa negra para guardarlo(entre las palabras Ararat y Jericho). Dos tazas de café con algunos objetos dentro. Una de mcdonalds(en arkansas, me parece recordar. Pero realmente buscaba texas. Por JFK) y otra que verde ponía algo así como "we are really green" (ésta encima de" Knossos", simbolo para mi del conocimiento). Por último una bolsa de Burberrys, con una caja dentro, y en su interior los restos de otro paraguas, formando una composición que representaba la lluvia, y el aprovechamiento que puede hacer de ella el ser humano.
Realmente la figura de la caja me pareció tan bonita que tuve que ponerla allí, encima de la palabra Jerusalen.

Era la tercera vez que iba a la plaza de la BBC en Londres. Anteriormente había dejado el primer dia un paraguas reparado, en "La Paz". El segundo día un paraguas en "La Paz", y un corbatín, de la rana gustavo, de los teleñecos, con una pulsera que ponía "a better place to learn", entre "ararat" y "Jericho". Que mejor mensaje que un reportero, enseñando algo en los mas-media que no sean tetas y culos, o la vida de los demás para divertimento de los-las chafarderos modernos de salón.

El tercer día el incremento de objetos les debío parecer peligroso, y llamaron a los servicios de antibombas. Paralizaron la circulación, pruebas de posible intento de atentado, rayos-x incluidos, y supongo que posteriormente debieron darse cuenta de su ridículo.

Yo de eso no supe nada hasta el día siguiente, cuando me dispuse a depositar otra serie de objetos, todos recogidos del verdaderamente sucio suelo de Londres. Disculpenme los barrenderos de esta ciudad, que realmente hacen un trabajo magnífico. Sin ellos no se podría ni dar dos pasos sin pisar mierda.

Me indicaron lo que había pasado el día anterior, y procedieron a mi detención. Pero eso, lo dejo para otro momento. Este ordenador es compartido por todos los internos, y algunos ya me están poniendo caras que ni por asomo aparecian en "alguien voló sobre el nido del cuco".

Hasta la próxima entrega. Intentaré arrancar desde mi llegada a Londres, y como la paranoia de cierta gente no ve el peligro donde existe, y hace que presten atención donde solamente hay intención de crear algo de arte. Diferente, con basura, raro y profundo, pero ¿Que és el arte sino éso?